Edmunda de Amicis, señorita arqueóloga a tiempo completo, mecanógrafa y superviviente, como a ella le gusta llamarse, dirigió sus pasos a la sala donde se encontraban los paquetes de libros. Escarbó, con ambas manos y descubrió que uno de ellos contenía unas cajas plasticas con lo que parecían cintas mágnéticas del siglo xx.
Mandó de inmediato un mensaje por el intercomunicador interpersonal al comandante en jefe:
-Descubierta una colección de ejemplares una antigua forma de compilar información denominada video VHS. Procedo a sus estudio, para posterior clasificación.
Tomó, con emoción arqueológica, unas cuantas cajas y las observó. Después de mirarlas por todas partes, como el que observa un fósil, leyó los títulos que llevaban impresos y los textos que parecían un a modo de explicación de sus contenidos.
Escribió un informe, lo más completo posible, desde sus criterio, de su descubrimiento y cuando se disponía a leerlo en voz alta, para comprobar si sonaba correcto, sonó su intercomunicador interpersonal. Un mensaje del comandante:
Señorita Edmunda, esta usted sin duda realizando una labor impagable, pero ¿por qué no relajarse en el cumpleaños de Williams?, acuda, si este es su deseo a la segunda ronda de cañas.
Otra insinuación, a penas disimulada, para que fuera a beber productos alcohólicos.
¿Qué debía hacer ceder al relajo o continuar con el trabajo de clasificación de aquella maravillosa colección de documentos?
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