El vapor salitroso del mar mediterraneo está, ya, perfumando mis sueños. La humedad que deja la ropa esponjosa y extraña. El olor de la madre mar. La arena infinita, como lo son los pasos. La brisa hermana del agua. La mirada perdida de los paseantes. La mirada atenta de los navegantes, y los pájaros que vuelan sobre un colchón de sueños.
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