lunes, 3 de mayo de 2010

El ESPEJO CON UN MARCO DE PORCELANA CHINA. CAPÍTULO 3. Madrid.

Llamó Miguel a su hombre en la península (así lo llamaba para pensar que era el organizador de algo importante). Y lo hizo a través del mismo móvil que tenía conexión con Skipe.
Unos segundos de espera mientras encendía otro cigarrillo Benson and Hedges, extraido de un paquete de cartulina dorada y encendido con un mechero Ronson de plata maciza.
.-¿Que pasa niño ya tienes la dirección del sitio donde está el libro ese o qué?
Se la dijo, y le insistió mucho en que la apuntara.
-Tengo yo un memorión que no me hace falta.
-Es importante que todo se haga según el plan preconcebido.
A nuestro hombre, David Moreno , aquella parida de darle a todo un todo de película de espias en la que sale Angelina Jolie lo ponia malo.
- Lo importante es que me mandes las 3000 libras y que reciba regularmente el dinero de gastos, ya sabes que la investigación sobre el terreno es carísima
Mentía David Moreno que lo más complicado que había investigado en su vida era como se leía el contador del agua caliente en casa de una vecina, pero el paro es muy malo y enseña las tretas que haga falta con tal de no sentir el temor de ir a super contando el dinero. La felicidad es ir a la compla sin lista pensaba David y si para eso tengo que buscar un libro de mierda para un gilipollas como si tengo que buscar dos.
-Bueno mañana te envio el dinero, bueno mañana, no el jueves.
Miguel era un hombre mezquino y rico por casualidad y no necesitaba mandar el dinero el jueves lo podía enviar el miercoles pero eso le daba la sensación de dominio y además debia repasar el plan: Recuperación del documento francés Casiopea, como el llamaba a su aventura.
-Bueno pero sin pasta, osea sin recursos no puedo moverme, ya sabes cambio de identidad y todo lo necesario en este tipo de búsqueda.
- Entonces intentaré acceder a mi cuenta reservada mañana pero no te promento nada, atento al correo electrónico
-Oido cocina, digo oido base Madrid, corto via Skipe que llevamos cerca de dos minutos.
-Te copio y corto.
los 2 minutos eran los que Miguel creía que la CIA tardaba en rastrear sus llamadas, lo había oido en un progama de radio y sin dudarlo un instante lo daba por sentado. Los conspiradores contra el poder establecido del Estado tenían que estar atentos a cuidar su seguridad pensaba nuestro bibliotecario.

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